martes, 19 de febrero de 2013

UN RATITO DE SEXO...


La pasada noche nos íbamos a la cama, cansados por haber disfrutado de un ajetreado y divertido día, pero enseguida comenzamos a acariciarnos y rozarnos mutuamente al llegar a la habitación, con lo que se veía venir un ratito de sexo antes de irnos a dormir. Mi lengua empezó a buscar la de Ella, abrazándose y retozando dentro de nuestras bocas. La agarré del culo, apretándola contra mí, haciéndome notar sus pechos en el mío. Una de mis manos fue hacia una de sus tetas, amasando y pellizcando su pezón que empezaba a ponerse duro. Ella gemía mientras me mordisqueaba el cuello, la mandíbula y los labios. La tumbé en la cama, apretando mi erección contra su coño a la vez que se le escapaba un gemido. Hábilmente me quitó la camiseta y la tiró al suelo y yo, para acompañarla, hice lo mismo con la suya, liberando esas tetas que tantas ganas tenía de besar. Hundí la cara sobre ellas y las lamí y mordisqueé, a la vez que Ella gemía tímidamente y me volvía a agarrar del cuello, subiendo las caderas, como pidiéndome más. Empecé a bajar con mi boca, hacia su ombligo, mientras mis manos, desabrochaban el botón de sus pantalones vaqueros y ,una vez conseguido, tiré de ellos junto a sus braguitas, que fueron a hacer compañía a nuestras camisetas en el suelo. Mi boca seguía bajando, en círculos, deteniéndose en su pubis, y rodeándolo tomando un pequeño desvío al interior de sus muslos, mientras Ella, con sus gestos, me pedía más. Mi cabeza estaba entre sus piernas, deleitándose mi nariz con su aroma vaginal y mi boca sedienta, no podía aguantar más sin beberla. Con la punta de mi lengua, recorrí su alrededor hasta que finalmente dí con su clítoris. Ella emitió un gemido, tirando de mi cuerpo suavemente hacia si. Introduje un dedo en su coño y lo acompañé de movimientos acompasados. Noté su tensión, cuando sus piernas apretaron suavemente mi cabeza, y retuvo el aliento durante un momento dejando en la habitación un susurro de orgasmo. Desabroché mi pantalón y saqué mi polla, Ella bajó de la cama, sin dejar de clavar sus ojos en los míos y rodeó mi polla con sus manos, arriba y abajo, en un masaje de lo más placentero. De mi boca salió un gemido ronco cuando su boca reemplazó sus manos. Entraba y salía con rapidez, su lengua ágil se retorcía y jugaba alrededor de mi pene. Noté que pronto me iba a correr si dejaba que siguiera, de manera que me retiré de su boca y la senté otra vez en la cama, cerca del borde, y entré en ella despacio, saboreando el placer de su coño. Sus manos se apoyaron en mis hombros, marcándolos con sus uñas en cada embestida. Empecé a subir el ritmo, entrando y saliendo cada vez más rápido y más fuerte. Se volvió a tensar, apretó sus piernas contra mis caderas y, sin dejar de clavarme su mirada, estalló alrededor de mi polla, que tampoco supo esperar y la acompañó en su orgasmo llenando su vagina húmeda, de mi leche caliente. Nos fundimos en un largo beso y nos dormimos abrazados y enroscados el uno al otro.

2 comentarios:

  1. No se que me gusta si la clase con la que teneis sexo, o el amor que desprendeis en cada uno de vuestros encuentros

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  2. ¡¡ Muchísimas Gracias ¡¡, exactamente eso es lo que queremos transmitir y nos encanta que así os lo hagamos llegar. La verdad es que nos gustaría tener mas comentarios en los post que publicamos, hacer de este blog algo participativo con comentarios, opiniones y experiencias de todo el mundo.
    Animaros a hacerlo.
    Gracias.

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