Ayer por la tarde íbamos a salir a hacer unas compras, pero
como nos suele ocurrir, un roce lleva a un beso, un beso a una mano que se va a
un pecho, la otra mano al trasero, un beso más largo y ya con la lengua dentro y
una erección considerable que se deja ver sobre el pantalón y que es el anuncio
de que se avecina un polvazo.
Le pedí a Ella que se tumbara boca abajo sobre la mesa
dejando las piernas fuera. Así, de esta manera, quedaba justo a mi altura… Ella
sonreía maliciosamente, parecía estar disfrutando mucho de la situación y se
tumbó. Yo le separé los muslos con cuidado. Su soberbio culazo quedaba ahora a
la altura de mi cara.
Primero te voy a preparar un poquito,… le dije… Hazme lo que
quieras Cariño, me contestó.
Y allí estaba yo, separando las
nalgas de mi chica… Su ojete estaba ahí sonrosado, redondo, brillante… Y pasé
de esperar más. Enterré mi cara entre sus nalgas y le fui lamiendo todo lo que
encontraba por la zona … Ella estaba disfrutando mucho, porque se le escapó un
gemido y un suspiro. Yo seguía, ensalivando, apretando, comiendo… Llevaba un
buen rato cuando oí su voz…!! Paraaaa, para y dame lo que estoy deseando, dámelo ya ¡¡.
Me levanté. Tenía mi polla a punto de reventar, con el glande muy rojo y
todo congestionado. Ella se apoyaba con sus manos en la mesa con la cabeza
ligeramente girada y me enseñaba su cara de malicia. Tenía cara de deseo y
placer… Si conocierais a Ella comprenderíais porque tenía los huevos a punto de
reventar, me encanta mi chica y me excita. Subí su camisa hasta el cuello, dejando su espalda al aire. Y
apoyé la punta de mi pene en su ano. Solo apoyada. Que sintiera el contacto. Y
comencé a deslizar la lengua por su columna. Cariño…, le decía mientras lamía-
¿Lo quieres? ¡Siiiiiii, siiiiii…!¿Quieres que te folle? ¡Siiii, por
favor…métemelaaaaa!- decía con una voz que me vuelve loco. ¿Dime…que quieres
que te haga Cariño… ? ¡Métemelaaaaa por favor,
no me tengas así…fóllameee!
Comencé a apretar. Por momentos notaba como su esfínter se
dilataba y comenzaba a engullir mi polla. Desde ese mismo momento comenzó a jadear
y gemir.
Poco a poco su ojete iba tragando mi pene . Por fin, mis
pelotas golpearon su coñito y mi vientre, sus nalgas. Ella jadeaba y se agarraba a la mesa dando pequeños gemidos
mezcla de placer y pequeño dolor por la invasión de su estrecha zona.
Entonces comencé a
meterla y sacarla… su recto estaba caliente, resbaladizo, Ella estaba en un
estado de máximo clímax, así que la solté de los hombros y agarrando su rubia
melena, tiré de ella con fuerza pero sin hacerle daño y comencé a follar muy
fuerte su precioso trasero, Ella comenzó a gemir y a jadear…¿Te gusta Cariño? Y entre gemido y gemido…me decía….¡Si, si, si,
siiiiiiii…!.
Le solté el pelo y con mis manos agarré sus dos muslos, cerré
los ojos y comencé a respirar para no correrme, para aguantar un poco. El sudor
me corría por la cara y ardía en deseos de correrme y llenarla de semen, de repente,
oí la voz de Ella…me corro, me corro…! Y no pude aguantar más, descargué en su
interior un buen chorro de leche, al tiempo que me corría Ella jadeaba y
apretaba los dientes para no gritar. Y poco a poco iba vaciándome en ella. Un
par de minutos hasta que dejé de eyacular y Ella se quedó respirando y jadeando
sobre la mesa. Sin separarme, me tumbé sobre su espalda y separándola el pelo,
le di un besito en la mejilla.
Os aseguro que nos fuimos de casa con temblor de piernas a hacer esas compras.
Os aseguro que nos fuimos de casa con temblor de piernas a hacer esas compras.